El 51% de los pacientes derivados a camas de cuidados críticos tiene más de 60 años.
La última cuarentena impuesta el 21 de mayo por Alberto Fernández tuvo su origen en la escalada de contagios que comenzó en abril y en el creciente número de personas internadas en unidades de terapia intensiva (UTI).
Durante la primera ola, el 1 de noviembre, hubo un máximo de 5.119 internados por COVID-19 en camas de cuidados críticos. Eran el 41% de los internados totales en terapia, por todas las patologías, del sector público y privado.
Ayer, se alcanzó un nuevo récord de 6.644 personas afectadas por el virus en camas UTI, el 52% del total de internados en situación crítica.
“Actualmente más del 50% de las personas que ingresan a UTI fallecen, y de los mayores de 60 años que requieren asistencia respiratoria mecánica, aproximadamente el 80% fallece”, reza uno de los decretos de necesidad y urgencia publicado en el Boletín Oficial con la firma del primer mandatario.
En tanto, desde el comienzo de la pandemia, de acuerdo a los datos abiertos públicos del Ministerio de Salud de la Nación, murió el 65 por ciento de internados en terapia intensiva por coronavirus.