Estados Unidos, Australia y el Reino Unido anunciaron un pacto de defensa que permitirá el desarrollo de submarinos nucleares por parte de los australianos con el objetivo de neutralizar el poder de China en el Indo-Pacífico, lo que generó malestar tanto en el gigante asiático, que lo ve como una «amenaza a la estabilidad», como en la Unión Europea (UE) que lamentó no haber sido informada.
Los tres países firmantes acordaron reforzar la cooperación en tecnologías avanzadas de defensa, como inteligencia artificial, sistemas submarinos y vigilancia de larga distancia. «Tenemos la intención de construir estos submarinos en Adelaide, Australia, en estrecha cooperación con Estados Unidos y el Reino Unido», dijo el primer ministro australiano, Scott Morrison, al celebrar el acuerdo.
La nueva alianza, conocida como Aukus por las iniciales en inglés de los tres países anglosajones, se anunció anoche en una conferencia de prensa virtual conjunta entre el presidente estadounidense Joe Biden, el primer ministro británico Boris Johnson y su par australiano Morrison. «Me complace unirme al presidente Biden y al primer ministro Morrison para anunciar que el Reino Unido, Australia y los Estados Unidos están creando una nueva asociación de defensa trilateral con el objetivo de trabajar mano a mano para preservar la seguridad y estabilidad en el Indo-Pacífico», indicó Johnson desde Londres.
«Este será uno de los proyectos más complejos y técnicamente exigentes del mundo, con una duración de décadas y que requerirá la tecnología más avanzada, basado en la experiencia que el Reino Unido ha adquirido», explicó en un comunicado oficial enviado a la prensa Desde Estados Unidos, un funcionario del Gobierno de Biden habló con la prensa bajo condición de anonimato y aseguró que se trata de «un acuerdo histórico que refleja la determinación del Gobierno para construir alianzas más robustas con el objetivo de mantener la paz y la estabilidad en toda la región del Indo-Pacífico».
Las reacciones
El vocero de la Cancillería china, Zhao Lijian, calificó el acuerdo como «extremadamente irresponsable», según informó la agencia de noticias AFP. «La cooperación entre Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia en materia de submarinos nucleares socava de manera grave la paz y la estabilidad regionales, intensifica la carrera armamentística y compromete los esfuerzos internacionales de no proliferación nuclear», declaró ante la prensa Zhao.
También la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, reaccionó ante la noticia y aseguró que vetará la entrada en las aguas de su país a los futuros submarinos nucleares australianos, en línea con la política antinuclear adoptada en la década de 1980. Ardern dijo en declaraciones a los medios en Wellington que tanto Australia como sus socios conocen su «posición frente a las embarcaciones propulsadas por energía nuclear y armas nucleares» y entienden que «nuestra posición frente al veto de submarinos propulsados por energía nuclear en nuestras aguas se mantiene intacta». La mandataria aludió a la política de desnuclearización adoptada después de que el buque insignia de la organización ecologista Greenpeace, el «Rainbow Warrior», fuera hundido en Auckland en 1985 cuando participaba en la campaña de protesta contra las pruebas nucleares que efectuaba Francia en el Pacífico.
Francia, por su parte, se quejó por las consecuencias de la firma de esta alianza tripartita que llevó a Australia a cancelar un importante contrato de compra de submarinos franceses. «Esta decisión unilateral, brutal, imprevisible, se parece mucho a lo que hacía el presidente Trump», denunció el canciller francés Jean-Yves Le Drian en una entrevista a la radio France Info en la que insistió en que «esto no se hace entre aliados» y tendrá consecuencias. «Nuestra posición -añadió- es de gran firmeza, de incomprensión y de petición de explicaciones y clarificaciones de unos y de otros».
Por su parte, el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, lamentó que el bloque no fue informado a tiempo sobre la nueva alianza militar, justo en la jornada en que presentó su estrategia para el Indo-Pacífico. En la Cámara de los Comunes Boris Johnson rechazó las afirmaciones de que el acuerdo dañó la relación con Francia y aseguró que «la relación militar entre el Reino Unido y ese país sigue siendo «sólida como roca».
El primer ministro británico trató así de aplacar el enojo de los franceses por la nueva alianza Aukus, por la que Australia abandonó un acuerdo con Francia por valor de más de 50.000 millones de euros para adquirir submarinos de propulsión nuclear fabricados en EEUU.
«Estamos codo con codo con los franceses, ya sea en el Sahel, donde estamos llevando a cabo una operación conjunta contra terroristas en Mali, o bien en Estonia, donde actualmente tenemos la mayor operación de la OTAN» agregó.
El anuncio del nuevo pacto se produce una semana antes de que Biden reciba en la Casa Blanca el próximo 24 de septiembre una cumbre con los líderes de Australia, la India y Japón, con los que mantiene una alianza para contrarrestar el poderío de China. Los cuatro países conforman el «quad», una alianza creada en 2007 en respuesta al auge militar de Beijing.
Fuente: Ambito.