A partir de datos del Tribunal Electoral de Santa Fe, investigadores analizaron el comportamiento del voto de la ciudadanía en las PASO del 12 de septiembre.
“Diferentes indicadores sociodemográficos y económicos del municipio de Santa Fe dan cuenta de que se trata de un espacio heterogéneo, con habitantes que presentan diferencias notorias en cuanto a su calidad de vida. Estos contrastes suelen relacionarse con determinados comportamientos, como es el electoral a través de las distintas preferencias”, aseguran Javier Gómez y Gustavo Peretti, docentes investigadores del Departamento de Geografía de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL (FHUC-UNL) en el informe Calidad de vida y preferencias electorales en la ciudad de Santa Fe, elaborado con datos del Tribunal Electoral de Santa Fe sobre los resultados de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) para la categoría de concejales.
El propósito del artículo se centra en indagar si las áreas urbanas definidas con diferente calidad de vida manifiestan variaciones en cuanto a las preferencias de las opciones políticas en las elecciones “Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias”, del 12 de septiembre de 2021, para la categoría de concejales en la ciudad de Santa Fe.
En base al índice de calidad de vida agruparon a las 18 seccionales electorales que constituyen el municipio capitalino en las siguientes áreas según su situación de calidad de vida: a) Más favorable -integrada por las seccionales mayoritariamente céntricas de “Primera”, “Tercera”, “Cuarta”, “Quinta” y “Once”-, b) Favorable –seccionales “Segunda”, “Novena”, “Séptima” y “Octava”-, c) Desfavorable –seccionales ubicadas en el oeste y norte, como ser: “Sexta”, “Décima”, “Subcomisaría Primera” y “Subcomisaría Séptima”-, d) Desfavorable –seccionales que se ubican en el oeste y en el este de la laguna Setúbal: “Subcomisaría Segunda”, “Subcomisaría Tercera”, “Alto Verde”, “La Guardia” y “Colastiné”.
El índice de calidad de vida
Para definir qué tan bien vive la población residente en un área determinada usualmente se toman dos grandes grupos de indicadores: socioeconómicos y ambientales. Con relación a los primeros, se incorporan datos vinculados con educación, salud, vivienda y equipamiento. En cuanto a los aspectos ambientales, se consideran problemas que pueden tener impacto negativo sobre el bienestar de los residentes como la inundabilidad, y, por otro, la conexión a servicios públicos básicos o la presencia de espacios verdes, como recursos que favorecen la calidad de vida. La ecuación utilizada para calcular el índice de calidad de vida integra estos valores parciales y el resultado final puede alcanzar un rango entre 0 y 10 para reflejar la peor y mejor situación, respectivamente.
“La calidad de vida es un concepto relacionado con el bienestar de las personas. En ese sentido, depende de ciertas bases materiales, pero no se reduce a ellas. Si la calidad de vida se centrara meramente al consumo o a algunos indicadores socioeconómicos básicos, sería mucho más sencillo estimarla, pero sabemos que se trata de un fenómeno más complejo en el que también entran en juego variables vinculadas con la escala de valores de la sociedad y las expectativas de progreso histórico”, indican Gómez y Peretti en el trabajo. Y aclaran que «por razones de diseño, los límites de las seccionales aplicados a los mapas son aproximados».
Participación, votos nulos y votos en blanco
La asistencia al acto electoral fue del 61,28 % en el municipio de Santa Fe en los comicios del 12 de septiembre, cifra que indica un 6,16% menos en comparación con las últimas PASO del año 2019 y una disminución del 2,85% teniendo en cuenta todo el territorio provincial en estos comicios.
“Al poner el foco en la asistencia en el interior del Municipio, se observa que la misma disminuye a medida que la calidad de vida es más desfavorable, con una brecha de 10% entre las áreas ubicadas en los extremos de las condiciones de vida. Un comportamiento similar ocurre con el voto nulo y el voto en blanco, alcanzando una suma algo inferior al 10% en las vecinales con calidad de vida más favorable y de 13,4% en las jurisdicciones más desfavorable”, analizan los investigadores de FHUC-UNL.
Preferencias del electorado
El padrón para las últimas elecciones arroja para el Municipio la totalidad de 312.927 electores, los cuales se distribuyen en un 33%, 20%, 32% y 15% según las áreas de calidad de vida más favorable, favorable, desfavorable y más desfavorable, respectivamente.
“El comportamiento electoral de las distintas áreas permite reconocer patrones espaciales en cuanto al apoyo de los votantes concedido dentro del abanico de opciones electorales. El área de calidad de vida “más favorable” de manera categórica muestra su adhesión a las listas que integran “Juntos para el Cambio” (JxC). Es también donde manifiesta su mejor desempeño el partido “Barrio 88” (B88) y la propuesta “Mejor” que debutó en estos comicios. También, aunque con un porcentaje menor, las vecinales que constituyen el área con calidad de vida “favorable” le dan la victoria a “Juntos por el Cambio”.
El área de condiciones de vida “desfavorables” muestra cierta paridad en las preferencias, con ventaja del “Frente de Todos” (FDT), quedando “Juntos por el Cambio” en segundo lugar. El “Frente Progresista, Cívico y Social” (FPCyS) evidencia un comportamiento electoral bastante transversal en las áreas con distinta calidad de vida. Las listas que no competirán en la elección general, por no superar el piso de 1,5% del padrón, reúnen el 11,6% de las decisiones. Por otra parte, “Unión Federal” (UF) y el “Frente Federal, Vida y Familia” (FFVF) concentran el 8,2% y el 5,2% de los preferencias respectivamente. El área “más desfavorable” exhibe de manera clara su adhesión al “Frente de Todos” y a “Unión Federal””, expresan Gómez y Peretti.