Arribaron al Destacamento Móvil N°2 desde distintos puntos del país; realizarán procedimientos de control e intervención contra la venta minorista de drogas.
Desde la madrugada de este martes, efectivos de Gendarmería Nacional de distintos puntos del país comenzaron a movilizarse para ubicarse en la provincia de Santa Fe, con foco en Rosario para coordinar acciones en conjunto para la lucha contra el narcotráfico.
Este desembarco es parte de 575 federales que arribarán a Rosario y la provincia desde este martes al jueves próximo, momento en el cual el ministro Fernández hará el anuncio oficial junto con el gobernador Omar Perotti y el director nacional de Gendarmería, Comandante General, Andrés Severino a las 11 en el Museo del Deporte, en la zona sur de Rosario.
Además, la llegada de Fernández del jueves será también para poner en escena la creación una nueva Unidad Móvil de Gendarmería nacional en Rosario, dedicada exclusivamente a la lucha contra el narcotráfico, integrada por 1.000 efectivos que irán llegando a la ciudad hasta el mes de marzo de 2022.
El arribo de este contingente operativo es la punta de lanza de una estrategia de refuerzo de la presencia de fuerzas federales. En marzo del año próximo se comenzará a montar el nuevo Destacamento móvil VII, que estará asentado en Rosario, donde ya está el Móvil II, pero que atiende necesidades de otras provincias, como Corrientes y Entre Ríos. Esa nueva unidad se asentará en un predio que aún no fue definido. Fernández consideró que con el envío de más agentes federales a Santa Fe “no se militariza” el combate al narcotráfico. Advirtió que el objetivo es “ir ganando espacio a este mal endémico que hace metástasis en actividades legales e ilegales dentro de Rosario y Santa Fe, y deben cortarse”.
Desde abril de 2014, cuando arribaron 3400 gendarmes de manera cinematográfica a Rosario, cada ministro que asume en Seguridad, salvo Frederic, intenta repetir esa estrategia de alto impacto, que fue transversal a nivel político. Durante los últimos siete años se anunciaron envíos de efectivos federales en seis oportunidades, durante las gestiones de Cristina Fernández, Mauricio Macri y Alberto Fernández. Esto también implicó a los gobernadores de Santa Fe, los socialistas Antonio Bonfatti y Miguel Lifschitz y a Perotti, del PJ. Desde esa fecha hasta ahora se cometieron más de 1700 asesinatos y la violencia nunca se detuvo de manera estable.
Ahora en el gobierno de Santa Fe argumentan que el refuerzo de tropas federales servirá “como paliativo” hasta que logren afinar los cambios en la policía para que se pueda ocupar de la seguridad pública. Las tres leyes de reforma policial que envió el gobierno de Santa Fe el año pasado, diseñadas por el exministro Marcelo Saín, aún no fueron tratadas. Esa deuda es motivo de la queja del gobernador.
En Rosario están 2500 de aquellos 3400 efectivos federales. A esta cantidad se suman en esa ciudad 5400 policías provinciales. Los operativos de la Policía Federal y Prefectura se enfocaban en controles de puntos fijos en avenidas, en horarios pico. En este nuevo esquema volverán a patrullar las zonas calientes de los barrios atravesados por los conflictos narco.
A mediano plazo se desplazará a Rosario una unidad de investigaciones conformada por agentes de la Policía Federal. Son efectivos que provienen de Buenos Aires y se encargarán de llevar adelante pesquisas con los datos que poseen las unidades especializadas del Ministerio Público de la Acusación y las fiscalías federales. Esta unidad que actuará con bajo perfil buscará desarticular organizaciones criminales que ya operan desde hace tiempo y otras que se fueron desprendiendo de las bandas más grandes, como Los Monos.