Los panaderos fundamentan que deberán subir los precios de los panificados en un 15% aproximado porque las materias primas (harina, levadura, margarina, grasa, azúcar, huevos, premezclas y chocolates, entre otros) suben constantemente a pesar de los subsidios al rubro. También destacaron los aumentos de papel, bolsas, bandejas, servicios de de luz, agua, gas, alquileres y otros impuestos.
“Tenemos cuatro puntos a resolver que son innegociables: desayuno, almuerzo, merienda y cena de todas las familias argentinas, y especialmente de los sectores más vulnerables del país. En esto no estamos dispuestos a ceder. Para el peronismo, la justicia social arranca por garantizar que no falte el pan en la mesa de nuestra gente”, afirmó Gastón Mora, representante de la Federación de panaderos.
Además, sumó: “No puede ser que los empresarios argentinos sigan obteniendo grandes ganancias por especulación y no por producción. Con este ritmo inflacionario se complica cada vez más la vida de los trabajadores, ya que los salarios de bolsillo no acompañan la suba exorbitante que están teniendo los alimentos”.
En conclusión, el pan podría valer entre $500 y $600 en el departamento General Obligado y en toda la provincia de Santa Fe.