Los partes policiales son diarios; cada vez más graves y que no pasan desapercibidos. La violencia se volvió cotidiana y ya no podemos estar seguros en nuestro trabajo, ni en nuestro hogar. Violencia, robos, asaltos, amenazas… ¿hasta cuándo?
Tres hechos, entre tantos, resaltaron durante la última semana en Reconquista.
Primer hecho
Un remisero es la primera víctima de la violencia. Néstor Fabián Flores fue a buscar a cuatro hombres a un reconocido boliche de Reconquista el jueves. Su compañero llevaría a cuatro mujeres, amigas de los muchachos. Ambos remises debían llegar hasta barrio Luján. Ninguno de los dos conocía a las personas porque no eran clientes habituales.
Pocas cuadras antes de llegar al destino, los jóvenes piden a Flores bajarse entre calles 47 y 76. Sorpresivamente, el chico que estaba en el asiento del acompañante agarra del cuello al remisero y luego lo aprieta con un cinto hasta asfixiarlo. Los otros tres delincuentes, simultáneamente, lo golpeaban por todo el cuerpo a trompadas.
Le exigían que les entregue el dinero que tenía en su poder, que era una suma de $10.000; también le robaron el teléfono. El remisero tocaba bocina para solicitar ayuda, pero a los pocos minutos se desmayó.
No contentos con el mal que ya habían hecho, los cuatro involucrados le rompieron el vidrio del auto.
Segundo hecho
El segundo episodio involucra a un menor de 15 años, que fue atacado por cuatro hombres. También acaecido el jueves 28, nos trasladamos a barrio Don Carlos, por Ruta Nacional 11. Era, apenas, las 9 de la noche.
El jovencito iba en su bicicleta. Cuatro hombres lo interceptaron y comenzaron a golpearlo para tumbarlo de la bicicleta y robársela. También le sustrajeron el celular.
Un camionero divisó a los lejos qué pasaba e intervino para poder auxiliar al menor.
Tercer hecho
El tercer hecho no se consumó, afortunadamente, aunque la violencia barrial es cada vez más grave. La madre del niño hizo una denuncia, ayer por la noche, que en barrio Carmen Luisa un hombre de 80 años, Vicente Chávez, amenaza a su hijo con un aire comprimido. No fue solo una vez; lo hace todo el tiempo. Lo apunta constantemente.
La policía le secuestró a Chávez un aire comprimido marca Mahely. No fue aprehendido.