Ramona Benitez (42) era oriunda de Villa Ana. Hace un tiempo había ido a visitar a su pareja, Julio Alberto Ramirez (40), en la ciudad de Rosario. Mantenía contacto con su familia diariamente, pero desde fines de septiembre lo habían perdido, lo cual los preocupó.
La denuncia por su desaparición fue realizada el domingo 8 de octubre. «Es una mujer a quien se la buscaba desde el 22 del mes pasado. Tras la denuncia del domingo, se hicieron diligencias y a través del dueño de la pensión, se contactaron con la pareja de la mujer; se le tomó una entrevista y la ampliaría el lunes, cuando se iba a encontrar con personal policial, pero no lo hizo…», comentó Ademar Bianchini, fiscal del caso.
Oriunda de Villa Ana, Ramona había viajado a Rosario el 25 de septiembre. El 28, tres días después, ya no se contactó con ellos, cuando desapareció. Julio Ramirez es de Villa Ocampo, pero hace un año estaba radicado en Rosario. Después del femicidio, se fue a González Catán (Buenos Aires). Trabajaba en el Mercado de Productores y vivía en una pensión muy precaria.
A los dueños les llamó la atención que hace 20 días, aproximadamente, no aparecía por el lugar. Pero no sospecharon del crimen. Sí advirtieron que Ramírez no era de ausentarse.
«Ayer a la noche (por el martes 10/10) se presentó en una seccional policial de González Catán manifestando que había matado a la pareja y que la misma se encontraba en el domicilio. Así se comisionó al personal al lugar», continuó el fiscal.
Una vez realizada la confesión en Buenos Aires, grupo de criminalística y policías se movilizaron en la ciudad de Rosario. Precisamente, en la esquina de Lisboa al 2900, en la zona sur, donde vivía el asesino. La encontraron en su habitación; había intentado esconder el cadáver debajo de un ropero. Llevaba 20 días sin vida, aproximadamente. La autopsia lo determinará con precisión, así como el móvil del asesinato.
Ahora, Ramirez está detenido como presunto autor del femicidio. El cuerpo de Ramona fue enviado al Instituto Médico Legal. «El lugar donde se está trabajando ahora es chico, y es bastante incómodo para realizar tareas. El cuerpo había intentado ser ocultado debajo de un ropero», señaló Bianchini.