El sábado parecía tranquilo, no había movimiento en la ciudad ni en la ruta. Eran las 21.20 horas, aproximadamente. Gonzalo Sartor (39) aprovechó para ir a su casa de campo, en Barros Pazos, a unos 400 metros del ex peaje. Al llegar se encontró con que un hombre se había atrincherado en su vivienda.
Daniel Patiño (30), el delincuente formoseño que se había adueñado del lugar, tenía en su poder dos armas. Una escopeta calibre 16 y un aire comprimido, que encontró en la casa tomada. Con la escopeta hirió a Gonzalo Sartor y a Mario Aguirre, uno de los policías que había llegado, tras la alerta del herido.
El disparo a Sartor fue el primero; el joven logró llegar hasta el ex peaje donde fue asistido por los policías y lo llevaron al hospital. Otros efectivos fueron a comprobar qué sucedía y en ese momento hirió a Aguirre.
Aguirre también fue trasladado de urgencia. Afortunadamente, ninguna de las dos heridas fue de gravedad. El policía será operado para extraerle las municiones alojadas en el brazo.
Mientras tanto, en el campo seguía la historia. Como si fuera una película yankee, llegaron más policías y rodearon la casa para pedirle al delincuente que se entregara, tenían reflectores y megáfonos; lo rodearon. Arrojaron gases lacrimógenos. Patiño estaba atrincherado y armado en su interior, al mismo tiempo que seguía efectuando disparos. No hirió a nadie más.
En este panorama estuvieron un largo tiempo, desde las 22 hasta las 00.45 horas. En este momento, con seguridad, pudieron entrar a la casa y arrestar a Patiño.
Fueron instantes de terror para toda una familia, que culminó con un delincuente -ya conocido por las autoridades- arrestado y dos heridos de arma de fuego.