(la imagen de portada es meramente ilustrativa)
Una historia real narrada por Don Albino Brach*, productor rural de Santa Ana, Avellaneda, Santa Fe.
Después de tres años de sequía, las imágenes de los ganaderos retirando animales de la zona de islas resulta extraña e inédita para muchos. En otros tiempos era más común que el río hiciera estragos como los está haciendo ahora. Entonces, alejar al ganado de las tierras bajas cercanas a los ríos era una práctica habitual de todos los años. Pero a veces, evitar un peligro puede generar otros.
En 1954, como ya era común, una familia de productores de Reconquista había arreado una gran cantidad de cabezas buscando altura y campos con suelo seco. Viajaban de este a oeste alejándose del río, y de sur a norte por la ruta provincial 31 (en ese entonces sin asfalto).
un colectivo que pasaba debió abrirse camino entre los animales muertos.
En alguna parte del trayecto, presumiblemente sobre el Arroyo Regina (Paraje «El Carmen»), la tropa encontró un manchón de “mío mío”, una especie silvestre que es tóxica para los vacunos y que no es común en las islas, por lo tanto, el ganado de allí procedente no la conoce.
Los animales comenzaron a morir al llegar a Santa Ana, sobre la ruta 31. Unas 300 cabezas quedaron tendidas en el cruce de calles frente a la capilla, en el patio de la escuela y el negocio de Cargnelutti. Otro tanto de animales quedó esparcidas en los caminos rurales. Se cree que la tropa completa pareció más hacia el norte, a medida que avanzaba.
En Santa Ana, se debió formar un comité de emergencia para afrontar las tareas de limpieza. Fueron tres o cuatro días de trabajo diurno y nocturno, con unos 15 tractores para arrastrar y quemar los cuerpos de las vacas, conseguir donaciones de combustible para iniciar el fuego, luego leña para mantenerlo vivo, hacer guardia para que no se apague.
Muchos días hubo una pestilencia sobre la comunidad, ya sea por las osamentas de animales en descomposición o por el humo de la quemazón. Fue una tragedia desde el punto de vista económico para los propietarios, que no prestaron colaboración con el comité de emergencia. Pero también fue un importante ejemplo de organización de la comunidad, que afrontó el problema con la celeridad del caso.
«Usted ¿Se imagina tantas vacas muertas en los caminos? ¿Y cómo actuar en un caso así?»
*Albino José Brach es un productor agropecuario de la zona rural de Avellaneda (además de dirigente rural y de instituciones del campo y la ciudad). Poseedor de una memoria prodigiosa que alcanza un nivel de detalles insospechados para el curioso que lo escucha.