Ayer a la tarde, cerca de las 18.30 horas, la policía se constituyó en el Barrio Don Pedro de la ciudad de Avellaneda, por la denuncia de una mujer que había encontrado a su marido muerto. Alberto Robledo (41) estaba ensangrentado y con un disparo en el pecho, ya sin signos vitales.
En un primer se creyó que podría tratarse de un suicidio, pero la escena no terminó de convencer a policías, médicos y fiscal. La única testigo del caso fue la esposa de Robledo, Maira Alem (33), quien sostuvo que estaban discutiendo momentos antes; Robledo amenazó con asesinarla y luego suicidarse, al mismo tiempo que le mostraba un revólver.
En medio de la discusión forcejearon y el arma se disparó contra Robledo, quien falleció momentos después.
Las dudas
A la fiscal Georgina Diaz le llama la atención que Alem no reportó inmediatamente lo sucedido, ni a emergencias ni a la policía. En primera instancia, salió en el auto, llevó a sus hijas a otro lugar, para más tarde volver a la casa y finalmente llamar al 911. En pocas palabras, lo dejó morir ensangrentado.
La fiscal dispuso autopsia y el arresto de la mujer. El dermotest dio positivo en las manos de ambos protagonistas. Tanto Robledo como Alem tenían pólvora entre sus dedos. Ella, además, tenía varios moretones en su cuerpo.
Alem está alojada en la comisaría de Malabrigo. Las hijas podrían declarar en cámara gesell.