Si bien no está confirmado el incremento en las boletas de EPE, ya se prevé de cuánto podría ser. En una audiencia pública prevista para el 9 de febrero se confirmará. La Empresa deberá tener en cuenta los usuarios residenciales, comerciales a industriales, además de la subdistribución a través de cooperativas (como en Avellaneda, por ejemplo). El aumento se complica aún más, en esta división, dado que algunos están subsidiados y otros no.
El gobierno provincial explica que las tarifas quedaron atrasadas por lo que el aumento es inevitable. Afectará a los hogares de toda la provincia. “Que el gobierno anterior no haya actualizado las tarifas, que las haya “pisado” afectó a todos los santafesinos. Es momento de hacer un diagnóstico sincero de la situación. No haber tomado decisiones fue una medida populista vinculada a cuestiones electorales más que con criterios de eficiencia”, explicó la secretaria de Energía, Verónica Geese. Comentó que EPE está gastando más de lo que recauda. El déficit es innegable.
El aumento se discute desde el Valor Agregado de Distribución, es decir la ganancia de la EPE en la distribución. Se dará bimestralmente. Además, más adelante el gobierno nacional tiene previsto otro aumento -discutiéndose dentro de la Ley Ómnibus-, que escapa a EPE, pero afecta a todos los usuarios argentinos.
Aunque -como dijimos más arriba- no está confirmado el porcentaje de incremento, se cree que desde marzo aumentaría un $7800 aproximado, siempre que el consumo no supere los 400 kw/h, por sobre los valores actuales. Esto rige para los usuarios residenciales N1, que no tienen subsidio. Por ejemplo, pasarían a pagar poco más de $24.000 según los kw/h. Si el gobierno nacional aumenta, ya pagarían $40.000.
Hay que recalcar que el incremento de EPE es ineludible. Pero el del gobierno nacional es aún incierto.