Durante los últimos tres meses, desde la asunción de Maximiliano Pullaro, se incautaron más de 1.800 celulares en distintos pabellones de las unidades penitenciarias de la provincia de Santa Fe.
El gobernador detalló que “se tomó en un marco de mucha violencia y criminalidad; y de muchos delitos que, se probaron, se cometían desde la cárcel, con teléfonos celulares. Producto del control que se está teniendo de las cárceles, y de la imposibilidad de comunicarse, hoy hay delitos que empiezan a bajar, fundamentalmente el robo y la extorsión”.
Además, Pullaro reconoció la labor de la legislatura porque le permitió intervenir con más fuerza y tener mayor nivel de control en el Servicio Penitenciario. De esta manera explicó que la unión de los tres poderes del Estado da resultados positivos.
“Somos conscientes de las críticas, pero solamente estamos haciendo cumplir la ley y la Constitución de la República Argentina y de la provincia de Santa Fe”, finalizó el mandatario.
Pablo Cococcioni, por su parte, explicó que los 1800 celulares que se incautaron en estos tres meses es el equivalente a lo que el gobierno de Perotti requisó en cuatro años.
Asimismo, expresó que la eficiencia de este procedimiento se debe a las visitas sorpresivas que se hacía a las unidades penitenciarias. «Esto permite, por supuesto, una mayor efectividad, porque quienes están en el grupo de requisas no tienen contacto regular y familiar con los privados de la libertad, y actúan como un grupo de choque externo”, afirmó.
«Los celulares incautados están a disposición del Ministerio Público de la Acusación, porque entendemos que la mejor opción siempre es una investigación externa e imparcial”, siguió Cococcioni.