Pasadas las 21 horas, una mujer llamó al 911 por violencia de género en su casa. El hombre -presumiblemente su marido-, la estaba agrediendo.
Fue en calle 43 N° 406, cerca de Ludueña. Los gritos se sentían desde la calle y una voz masculina advirtió que no era necesaria la presencia policial… y los policías se estaban yendo.
Cristian Raúl Fernández -el violento- los vio y les dijo «No vengan más a mi casa. Los voy a matar la próxima vez. Yo soy el dueño de esta casa y me la re-aguanto». Los gritos iban acompañados de trompadas a las policías.
Finalmente, fue arrestado.
Ahora bien: si la policía notó una situación de violencia extrema, ¿por qué se retiraba sin siquiera comprobar si había personas heridas? Así, con este accionar, se lamentan femicidios.