Anoche, el Cine Recite fue escenario de un acto de vandalismo y robo protagonizado por tres menores de edad. Dos adolescentes y un niño de solo 8 años causaron destrozos en las instalaciones, llevándose algunos objetos en su huida.
Si bien el hecho delictivo en sí es preocupante, la historia detrás del más joven de los involucrados revela una realidad mucho más alarmante: la desprotección y el abandono al que están expuestos muchos niños en Argentina. Por la protección de su infancia y por que mejore su situación vivencial, no vamos a brindar datos del nene. Solo podemos decir que es de Avellaneda.
Este niño de 8 años crece en un hogar marcado por la ausencia de su madre y la indiferencia de su padre. Su historia no es excepcional; al contrario, refleja una crisis sistémica que afecta a una gran parte de la infancia en nuestro país.
Según datos del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), el 63% de los niños y adolescentes en Argentina vive en situación de pobreza, lo que se traduce en un entorno de carencias no solo materiales, sino también afectivas y emocionales.
La falta de contención familiar colabora a que los niños caigan en situaciones de riesgo y, eventualmente, en la delincuencia. En el caso de este niño es común verlo deambular por Reconquista, a donde llega a pie -con otros menores de edad- desde Avellaneda. Lo vieron pedir dinero y comida en el centro, al mismo tiempo que se divierte en los juegos de la plaza.
Una infancia rota a tan cortísima edad duele.
Este incidente en el Cine Recite no es un caso aislado. Según un informe de UNICEF Argentina (2023), uno de cada tres niños en nuestro país sufre algún tipo de maltrato físico o emocional en su hogar, una cifra alarmante que evidencia la falta de un sistema de protección eficaz.
¿Cuál es la solución? ¿Que intervenga una trabajadora social y entregue el cuidado del niño a otras personas? ¿Castigar a los padres? ¿Repensar las políticas públicas actuales? En estos casos, todos parecemos tener la solución, pero es mucho más complejo de lo que creemos. Principalmente, cuando el problema viene desde arriba en el árbol genealógico.
Vecinos del nene acusan a su familia materna de este destino (no damos por hecho que sea así, solo nos acotamos a las palabras de otras personas). Quizás lo sea. ¿Y la familia paterna?
Este caso nos obliga a preguntarnos: ¿qué estamos haciendo como sociedad para proteger a nuestros niños?
Fuentes de datos estadísticos:
- Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA (2023). Infancia en Pobreza: La Desigualdad Profunda en Argentina.
- UNICEF Argentina (2023). Situación de la Infancia y Adolescencia en Argentina.