El presupuesto 2025 que el gobierno de Javier Milei presentó al Congreso este domingo por la noche generó controversia y preocupación en Santa Fe. De los 1,19 billones de pesos asignados a obras públicas a nivel nacional, Santa Fe recibirá solo el 5,2%, lo que representa 61.870 millones de pesos.
Esta cifra es muy inferior a lo que la provincia esperaba y significativamente menor a lo recibido en años anteriores, cuando la asignación alcanzó el 12,2% del presupuesto para infraestructura.
Los proyectos que recibirán financiamiento incluyen obras en la Cárcel Federal de Coronda, la ampliación del acueducto San Javier-Tostado, y la refacción del Monumento a la Bandera (¿muy importante esta última, verdad?).
El impacto de este recorte derivará en que muchas obras se verán retrasadas o directamente paralizadas como, por ejemplo el Puente Carretero entre Santa Fe y Santo Tomé, que requiere más de 20 mil millones de pesos.
Además, el ajuste general en el gasto público, impulsado por la meta de déficit fiscal cero, reduce aún más las posibilidades de reactivar proyectos a mediano plazo. A nivel nacional, las inversiones en infraestructura se verán reducidas en un 40% respecto al 2023, lo que generará problemas de ejecución en diversas provincias.
Maximiliano Pullaro manifestó su preocupación por la situación, destacando que la provincia ya ha realizado importantes ajustes en su gasto público, alcanzando un pequeño superávit en 2024. Además, recordó que la Nación aún tiene una deuda histórica con Santa Fe, que oscila entre 700 y 800 mil millones de pesos por fondos previsionales no transferidos.
«Este contexto financiero limita severamente el desarrollo de la infraestructura en Santa Fe, lo que podría tener consecuencias negativas para el empleo y el crecimiento económico regional», manifestó el gobernador.
También expresó su intención de continuar negociando con el gobierno nacional para mejorar la asignación presupuestaria y garantizar la ejecución de proyectos estratégicos para la provincia.