Gabriel Omar Batistuta tiene hoy 55 años. Lo ha sido todo en el fútbol, un gran goleador como ha habido pocos en la historia del fútbol argentino. Ahora se dedica al pádel y al golf y tiene 15.000 cabezas de ganado en Santa Fe. A pesar de eso, sigue pensando que un jugador de fútbol representa a mucha gente por alcanzar cosas con las que otros sueñan.
En Argentina todo el mundo juega al fútbol. Muchos tienen una pelota en el maletero del coche y hay porterías por todas partes. Después de Lionel Messi, Batistuta es el máximo goleador de la Selección Argentina con 54 tantos. Ganó cuatro títulos con la selección: la Copa América en 1991 y 1993, la Copa Confederaciones en 1992 y la Copa de Campeones en 1993. Ha dado muchas alegrías a quienes han apostado por él. La lista de posibles herederos es larga y en Betsson fútbol muchos jugadores apuestan ya por dignos sucesores. Puedes conseguir un bono del 100% hasta 200.000 pesos argentinos para hacer apuestas deportivas en Argentina.
Julián Álvarez, el alumno de Messi
Julián Álvarez se cuajó en el CA Calchín, pero su crecimiento y debut ocurrieron en el River Plate. Ganó seis títulos con el equipo y en 2021 se convirtió en el máximo goleador de la Primera División Argentina: dieciocho goles. Ese año ganó también el premio a futbolista del año en Sudamérica, con sus 21 años. Al año siguiente, le metió seis goles a Alianza Lima en un partido de Copa Libertadores y se convirtió en el mayor goleador en un partido de la competición. Aquel partido terminó con un glorioso 8 a 1.
Hoy juega como delantero en el Atlético de Madrid en la Primera División de España. Su entrenador, Diego Simeone, considera que está creciendo y adaptándose al equipo y al formato de juego que él practica en el campo. Ha jugado de extremo izquierdo, de cuarto defendiendo y de tercero atacando. Ya le ha marcado al gran rival, el Real Madrid.
Pero su gran momento estelar hasta ahora tuvo lugar en el Mundial de Qatar 2022, donde dio un concierto de ensueño para Argentina con su maestro, Lionel Messi. En el partido de la semifinal contra Croacia, la pareja marcó el 3 a 0 de la Albiceleste que les llevó a la final. Los dos jugadores lograron nuevas marcas personales.
Álvarez marcó el 2 a 0 en un contrataque veloz en el que corrió 50 metros hasta vencer a los dos defensas y el portero croatas. Después le puso el broche a una jugada espectacular de Messi, que se quitó de encima todos los rivales y le dio a Álvarez la asistencia perfecta para que él solo tuviera que empujar la pelota al fondo de la portería rival y conseguir así el pase definitivo a la final.
Lautaro Martínez, un jugador con luz propia
Lautaro Javier Martínez es otro de los delanteros candidatos a ser digno sucesor de Batistuta. A sus 27 años, juega en el Inter de Milán en la Serie A italiana desde 2018, cuando el equipo lo fichó por 27 millones de euros. Pero su carrera empezó en Argentina en 2015, cuando debutó con el Racing Club. Estuvo cuatro temporadas en el equipo y durante la liga y la Copa Libertadores consiguió marcar 27 goles en 62 partidos.
Sus inicios ya venían marcados con estrella. Llegó a competir en 2017 tanto en el Campeonato Sudamericano de Fútbol Sub-20 como en la Copa Mundial de Fútbol Sub-20. Un año más tarde debutó con la selección absoluta y ha jugado las Copa América de 2019, 2021 y 2024. En las últimas dos, la Selección Argentina se hizo con el título y en 2024 fue el máximo goleador.
El jugador está volando alto con su equipo. Se ha convertido en el puntal de la vanguardia para su entrenador, Simone Inzaghi. En los 291 partidos que ha disputado con el Inter de Milán, acumula 133 goles. Brilla con luz propia en el equipo y también en la Selección Argentina. Con un gol agónico, consiguió que la Albiceleste se impusiera 1 a 0 a Colombia en la final del último campeonato continental en la segunda parte de la prórroga. También aportó mucho al equipo durante el Mundial de 2022. Aunque empezaron perdiendo, como le pasara a España en el Mundial del 2010, acabaron haciéndose con el título más importante del deporte rey.
Messi, que no es muy duda a hacer declaraciones en público sobre sus jugadores favoritos porque cualquier cosa que diga llena todas las portadas, sí habló sobre Lautaro Martínez. Dijo que se había sentido cómodo jugando con él y con el Kun Agüero en un partido de la Selección Argentina contra Paraguay. Solo habían compartido tres partidos hasta entonces y ser señalado por el mejor jugador del mundo es toda una garantía.
Ángel di María, el fichaje más caro
El argentino Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, dijo en su momento que Ángel di María era el mejor jugador que tenía su eterno rival, el Real Madrid. Y algo de verdad había en esa afirmación, porque el equipo lo vendió por casi 98 millones de dólares al Manchester United después, convirtiéndolo en el fichaje más caro de la historia de la Liga Premier. La última cifra más alta había sido la que el Chelsea pagó por el español Fernando Torres en 2011, cuando pagó por él 82 millones de dólares.
Todo había empezado muchos años antes, cuando el de Rosario tenía apenas 19 años. Corría 2007 y tras una destaca actuación en la Copa Mundial de Fútbol Sub-20, los ojeadores del Sport Lisboa e Benfica apostaron por él y pagaron seis millones de euros. Vieron en él a un regateador rápido y curtido. Alto y delgado, enseguida se había ganado el apodo de El Fideo.
Su primer entrenador en el Benfica fue el español José Antonio Camacho, que enseguida reconoció su talento. Años más tarde, dijo que en cuanto empezó a entrenar vio que era técnicamente mejor que la mayoría de jugadores de equipo. El propio jugador ha contado en alguna ocasión que para él no fue fácil llegar al Benfica porque era casi un niño en un entorno muy exigente.
En el final de su carrera, Ángel di María ha vuelto a jugar con el Benfica porque «quería regresar al lugar donde empezó todo» para él en Europa, dijo en la presentación. En este movimiento ha sido clave que el jugador coincidiera en su primera etapa con quien es a día de hoy el presidente del club, Rui Costa. Cuando le llamó para ofrecerle volver, no se lo pensó, rechazó otras ofertas y no llegó ni a preguntar cuál sería su sueldo.