La cobertura de vacunación infantil en Argentina está en descenso, encendiendo alarmas en el ámbito sanitario.
Según el Ministerio de Salud de la Nación, en 2022 solo el 80% de los menores de un año recibieron la vacuna pentavalente, lejos del 95% recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Esto deja a miles de niños expuestos a enfermedades prevenibles, algunas de las cuales ya habían sido erradicadas o estaban bajo control.
Uno de los ejemplos más preocupantes es la tos convulsa, una infección respiratoria altamente contagiosa que puede ser mortal en los menores de cinco años. En las últimas semanas, brotes en distintas partes del mundo —incluyendo Reino Unido, España y Rusia— han demostrado que el problema sigue vigente.
En Latinoamérica, la situación no es mejor: Paraguay emitió una alerta epidemiológica debido a un aumento inesperado de casos en 2025, mientras que en México se reportaron 120 contagios en solo siete semanas.
En Argentina, la Ciudad de Buenos Aires ya contabiliza 19 casos confirmados en lo que va del año, un número preocupante si se compara con los 0 casos registrados en el mismo período de 2024.
“La inmunización no solo protege a quien la recibe, sino que también resguarda a quienes no pueden vacunarse, como los bebés más pequeños. Es un compromiso colectivo”, afirma la Dra. Vanesa Castellano, pediatra del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
Entre las estrategias para aumentar la cobertura, las vacunas combinadas se perfilan como una solución efectiva. En el país, el Calendario Nacional de Vacunación contempla la aplicación de la pentavalente, pero en el ámbito privado existen vacunas hexavalentes acelulares que amplían la protección con una sola dosis.
Los especialistas insisten en que la equidad en el acceso a vacunas seguras y eficaces es clave para proteger la salud infantil.
