El gobierno italiano limitó la obtención de la ciudadanía hasta abuelos: ¿cómo repercute en los argentinos que estaban tramitándola?

El gobierno italiano, liderado por la primera ministra Giorgia Meloni, implementó este viernes una reforma en las leyes de ciudadanía que impactará directamente a miles de argentinos con ascendencia italiana. A partir de ahora, solo podrán solicitar la ciudadanía italiana aquellos que tengan al menos un padre o abuelo nacido en Italia, limitando el derecho por descendencia a dos generaciones.

Esta modificación restringe el principio de ius sanguinis, que anteriormente permitía a descendientes de italianos, incluso de tercera o cuarta generación, acceder a la nacionalidad italiana. El ministro de Asuntos Exteriores y vicepresidente del Consejo de Ministros, Antonio Tajani, justificó la medida señalando que busca evitar abusos y la «comercialización» de los pasaportes italianos.

«Ser ciudadano italiano es algo serio. No es un juego para obtener un pasaporte que te permita ir de compras a Miami», afirmó el funcionario.

La nueva normativa entró en vigor de inmediato, afectando a numerosos argentinos que planeaban iniciar el trámite basándose en generaciones más alejadas. Según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores italiano, en 2024, 30.000 argentinos obtuvieron la ciudadanía italiana, reflejando la magnitud de la colectividad impactada por este cambio.

Además, los trámites para obtener la ciudadanía ya no podrán realizarse en los consulados italianos en el exterior. A partir de ahora, deberán gestionarse directamente en Italia, lo que añade una dificultad adicional para los solicitantes.

El Parlamento italiano tiene 60 días para debatir el decreto y puede ratificarlo, modificarlo o descartarlo. En este sentido, la izquierda italiana no está de acuerdo con la medida porque considera que se discrimina a los descendientes y en su lugar se prioriza otras nacionalidades que nada tienen que ver con el país (la crítica radica en que se permitió de manera descontrolada el ingreso de africanos).

 

Reacciones y perspectivas futuras

El mundo quedó muy sorprendido ante la decisión del gobierno porque se lo venía debatiando como una ley a implementar recién en 2026. «Estamos sorprendidos y hablando con colegas italianos a ver qué piensan y cómo puede avanzar», sostienen los gestores que trabajan en la obtención de la ciudadanía.

Especialistas en derecho migratorio advierten que esta restricción podría generar un aumento en los trámites previos a la entrada en vigencia plena de la medida, así como una mayor demanda de información sobre alternativas legales para acceder a la ciudadanía.

Además, el gobierno italiano ha insinuado que esta podría ser solo la primera etapa de una reforma más amplia. Entre los requisitos adicionales que podrían implementarse en el futuro se encuentran la obligatoriedad de demostrar conocimientos de la lengua italiana, la necesidad de residir en el país por un período determinado o la exigencia de contribuir activamente con la sociedad italiana.

Ante este panorama, se recomienda a los interesados en tramitar la ciudadanía italiana que busquen asesoramiento especializado y evalúen las opciones disponibles, considerando las nuevas restricciones y posibles cambios futuros en la legislación italiana.

Por el momento, los argentinos que no presentaron su carpeta, ya no podrán hacerlo más. Los que sí puedan (porque el abuelo o padre es italiano), deberán viajar hasta la bota europea para completar el trámite.