Vicentin consume, no paga y deja a la Cooperativa de Servicios Públicos al borde del abismo

La reciente decisión judicial que impide cortar el suministro de energía a Vicentin por 60 días hábiles encendió las alarmas en Avellaneda porque la Cooperativa de Servicios Públicos advierte sobre las graves consecuencias que la medida podría generar para toda la ciudad.

El fallo, dictado el 22 de abril por el juez Civil y Comercial Fabián Lorenzini en el marco del concurso preventivo de la agroexportadora, obliga a la cooperativa a seguir proveyendo electricidad a pesar de la millonaria deuda acumulada, mientras debe cumplir puntualmente con los pagos ante la Empresa Provincial de la Energía (EPE).

“Esta cooperativa nació hace 84 años para garantizar servicios donde el Estado no llegaba. Hoy sentimos que nos obligan a poner en riesgo todo ese esfuerzo”, expresó Carlos Nóbile, presidente de la entidad, en declaraciones a LT10. La situación, advirtió, podría poner en jaque inversiones esenciales y afectar el servicio para miles de vecinos.

Actualmente, el consumo de Vicentin representa casi el 40% de la facturación total que la cooperativa debe afrontar ante la EPE. Solo en los últimos dos meses, la deuda ya asciende a 598 millones de pesos, sin contar lo que se sumará en abril. Además, debido a los feriados y la feria judicial, el plazo de gracia se extenderá hasta agosto.

«Hoy tenemos el respaldo de años de gestión responsable, pero este golpe económico va a achicar mucho nuestra capacidad de respuesta», lamentó Nobile. Entre las primeras medidas, la cooperativa decidió suspender algunas obras proyectadas para mejorar el servicio eléctrico en la ciudad, advirtiendo que la falta de inversión a largo plazo suele traducirse en fallas y cortes.

A pesar del duro panorama, el dirigente aseguró que los usuarios residenciales no serán afectados: «Nuestro compromiso es claro: ningún socio va a cargar con la deuda de Vicentin».

Por otro lado, pidió comprensión y apoyo tanto a la EPE como a las autoridades provinciales para enfrentar esta etapa crítica. «No pedimos subsidios ni favores, solo tiempo para sostenernos», remarcó.

El futuro inmediato, sin embargo, se presenta incierto. Si la cooperativa debe seguir cumpliendo sus obligaciones sin recibir los pagos correspondientes, la pérdida proyectada podría alcanzar los 2.000 millones de pesos hacia agosto, poniendo en riesgo la estabilidad de una institución que durante décadas ha sido pilar en el desarrollo de Avellaneda.