Damián: de vagabundear en la ciudad a volver al amor de su madre
Nadie podía no conocerlo porque era el dueño ficticio de la ciudad. Lo encontrabas en algún rincón de Reconquista, deambulando, haciéndose amigo de la gente, y hasta generando problemas. Tristemente, andaba con una botella de alcohol en la mano, pero supo ganarse el cariño y la comprensión de los reconquistenses.Seguir leyendo